lunes, 31 de enero de 2011

Imagenes amantanienses







En estas imágenes: Motita al atardecer en la cima de Amantani; y nuestra familia adoptiva.

Titikaka non stop







Estimados lectores, retomamos la historia. El domingo 30 llegamos a las 5 de la madrugada a Puno, pequeña ciudad a orillas del lago Titikaka. Nos pasaron a buscar y nos llevaron a un hotel para dejar nuestras mochilas grandes y así emprender una de las partes más hermosas de nuestro quijoteo peruano.

Esta maravillosa aventura partió en el puerto de Puno, donde nos embarcamos en una lancha hacia las islas flotantes de los Uros, grupo indígena que fabrica sus islas, casas y todo lo imaginable con totora. Allí estuvimos recibiendo una maravillosa y didáctica clase de Hermógenes, nuestro guía; además las mujeres de este grupo nos cantaron un par de canciones que fueron muy divertidas, algunas en su lengua y otras en español. Pero lo mejor estaba por venir.

Luego de media hora de navegación por el lago, salimos a una parte más abierta, más ancha. Aquí el viento hizo lo suyo. Con la Naty íbamos en la parte superior del lanchón y de pronto se puso fea la cosa, se movía para todos lados, nos sostuvimos de la baranda fuertemente y con susto aguantamos. Esta situación de bamboleo nos asustó mucho y duró hasta desembarcar en el paraíso de Amantaní, palabra que significa "isla del amor" ... Acá nos recibió una familia compuesta por una pareja de nuestra edad y sus tres hijos. Además teníamos tres hermanastros: Walter y su padre (belgas) y Mauricio (colombiano).

Fue una experiencia tremenamente significativa y enriquecedora. Compartimos con esta familia lo cotidiano: el pobre baño, su exquisita comida, sus cstumbres ... etc. Pasamos la noche en su casa, hablamos de nuestras vidas y de las de ellos. La Naty, por supuesto, enganchó muy bien con la esposa, con quien compartió secretos de mujer y chistes por doquier. La isla es pequeña, no existen autos y sólo se escuchan los pájaros, los rebuznos de los burros (en casa había uno rasta), las voces en aymara de nuestros padres adoptivos y hasta el sonido de la vía láctea en su movimiento ...

Quedamos absolutamente prendados de ellos. Nos costó salir de allí. Nos fueron a despedir al embacadero. De hecho, nosotros coincidimos en que si los hubiésemos conocido al inicio del viaje nustro itinerario habría cambiado.

Uf, de nuevo a la lancha ... son las 7.50 y hay viento y lluvia, más encima ahora vamos a otra isla y debemos ir de lado respecto a la dirección del oleaje. La lancha se bambolea de lado a lado. César se fuma un pucho en la parte trasera, Naty va sentada en la cabina intentando no pensar en lo que podria suceder, pero la verdad es que no lo logra y termina fumando con Cesarito en el fondo de la lancha que parece volar entre las olas ... Una hora y media después arribamos a Taquile, otra isla titikaka. Acá nos espera un tremendo cerro ... noooooooooooooooooooo ... otra vez no .... uf, media hora de peldaños, el corazón en la garganta y una sensación de dificultad para inhalar ... alfin en la cima, se ve el lago en su inmensidad ... un restorán a la vista y dos cafés servidos al instante ... aún llueve aunque despacio. Un rato después, otra clase de Hermógenes, esta vez sobre textiles de los indígenas del lugar. Alrdedor de las once, nuestra pasión: MENÚ:Pan con un pebre a lo peruano, Sopa de quinoa, Trucha a la plancha con arroz, papas fritas, arroz y verduras; Mate de coca y ñuca.

A las 12.20 y después de bajar el cerro con las piernas tiritando porque ya no dan más ... estamos en la lancha, pero ya no hay viento ni lluvia, sino un sol inmenso y unas nubes en el horizonte. Tres horas de viaje, con charla amena con el grupo que hizo el tour.

Ahora, son las 6 de la tarde, Puno stá helado y nuestro bus a Cusco sale a las 9. Aún tenemos los rostros de esa familia y sus aromas en las pupilas. Mañana llegaremos a Cusco a las 5 de la madrugada y a las 7 nos subimos a otro para llegar a Arequipa a las 5 de la tarde. Allí pasaremos una noche y el miércoles viajamos a Tacna, para pasar nuestra última noche de Qujoteo.

Abrazos, besos. Cariños a ChaBita y a nuestro Guatón y sobretodo a nuestra más fiel lectora, mi Chinita catalana...

sábado, 29 de enero de 2011

Hoy quijoteamos Ollanta, Moray y las Salineras






A pesar de que notamos que nuestros lectores se han cansado de leernos y ya no aparecen comentarios, informo al ciberespacio que hoy tuvimos un lindo día, más bien, de una conjunción de emociones contrapuestas: hemos disfrutado muchísimo de todo lo visto, pero lamentablemente sentimos que la salida de Ollanta marca el rtegreso a casa y con eso se inicia el fin de una aventura maravillosa. Pero no es justo quejarse.

La mañana partió con un buen desayuno y con el recorrido de las ruinas de Ollantaytambo. Lo tuvimos que hacer muy rápido pues en el hostal había un par de gringos con los que arrendamos un taxi para abaratar costos en un tour por las ruinas de Moray y por las Salineras de Maras. Esto último fue muy bello: Moray es un centro de experimentación agrícola que tuvieron los Inkas, son 150 metros de profundidad con varias terrazas de cultivo en las cuales había un microclima diferente, gracias a lo que podían plantar diferentes plantas y alimentos (traidos de diferentes partes)...estos incas fueron unos capos ... Desde la parte superior parece una construcción de extraterrestres ... Lo de las Salineras fue también lindo, en medio de unos cerros los indígenas extraen sal a partir de unas piscinas de decantación ... se dan unos tonos preciosos y también texturas impresionantes, similares a las del Salar de Atacama.

Alrededor de las 5 y media llegamos al Cusco y ahora estamos a la espera de un bus pa ir a Puno a orillas del Titicaca, allí dormiremos en las islas flotantes de totora y después de eso, el martes en la madrugada llegaremos denuevo al Cosco para bajar hasta Arequipa y preparar ya el regreso a casa... snif ... Probablemente no escribamos aquí hasta ese martes. Un abrazo para todos.

Los Quijotes del Perú.

viernes, 28 de enero de 2011

Recorriendo Macchu Picchu





Afortunadamente estábamos vivos, de vuelta del Puente Inka se nos antojó un plátano y eso nos sacó del susto.

Las horas que continuaron fueron varias, pero se nos hicieron cortas. Los conocimientos previos con que llegamos más las escuchas que hicimos a los guías contratados por gringos y algunos latinos nos permitieron comprender la cultura inca y así formarnos una concepción más completa de esta maravillosa ciudad que se entregaba a nuestros pasos.

El torreón del sumo sacerdote, con sus dos ventanas, por donde ingresan los primeros rayos de sol en los solsticios de invierno y verano de manera exacta; el Intihuatana o reloj solar que está perfectamente alineado con los puntos cardinales y que ellos utilizaron para ordenar su momento se siembra y cosecha; la "sacristía" con sus piedras de 28 ángulos y sus hornacinas que permitían escucharse desde los extremos de la habitación; el "Templo de los dos espejos" que tenía dos protuberancias repletas de agua donde las Acllas o vírgenes podían hacer de astrónomas y estudiar el apso de los astros en la noche o al padre Inti durante el día; la habitación de Pachacutec, quien mando a construir la cuidad; en fin, tantas cosas, tanta historia y nosotros ahí, mirando en silencio, con la certeza de que el otro sentía las mismas cosas. A ratos nos hablábamos, luego nos concentrábamos en la magnificencia del lugar, olimos su pasto, escuchamos los muros, observamos las nubes ... y siempre mojados, muy mojados ...

Como es costumbre, una anécdota. La noche anterior nos dijimos hay que cargar las pilas. Reflautas, dejamos el cargador en Ollanta !!!! Puta madre y la p.... que me parió ... Luchamos por conseguir un alma caritativa que nos cargara las pilas en el hostal esa noche anterior, pero sólo fue un par de horas, de modo que ahora, en medio de nuestro recorrido ... ocurrió lo obvio .. se fueron las pilas ... ayayay ...
Afortunadamente sucedió cuando ya finalizaba la visita. De ahí en adelante sacábamos una foto y se apagaba, dejábamos pasar algunos minutos y volvíamos a intentarlo, tomamos otra y se apagaba ... jajajaja ... En todo caso, nada que pueda empañar esta experiencia maravillosa que tendremo siempre con nosotros ...

Y VOLVEREMOS ...

En la sublime Macchu Picchu





Queridos y extrañados lectores, escribimos hoy con el alma colmada de emociones y sensaciones tremendamente hermosas. Hoy hemos llegado de vuelta a Ollantaytambo, donde Cesario y Elizabetha gobiernan. Macchu Picchu y todo su entorno aun resuenan en nuestras cabezas.

Pero seremos ordenados. El miércoles al mediodía tomamos el tren de Ollanta a Aguas Calientes, localidad que está a un par de kilómetros de las ruinas. El viaje tomó sólo un par de horas y sin novedades. Al llegar a Aguas Calientes, quedamos deslumbrados con la situación geográfica, o sea chicos, es impresionante. Al bajarse del tren se escucha un estruendo que es el río Urubamba o Vilcamayo, que tendrá unos 30 metros de ancho y produce un sonido espectacular, además el peublito es todo en subida ya que está en las faldas de unos cerros, éstos repletos de una vegetación muy verde (está en el inicio de la selva); además, al llegar a la plaza nos encontramos con Pachacutec y dos de sus hijos, quienes nos recibieron muy afectuosamente, fotografiándose con nosotros.

Después de encontrar casa, fuimos a nuestra escencia misma, para ello buscamos un restaurante. Menú: Sopa a la criolla y Estofado de Pollo, claro está que con el acompañamiento de una buena Pilsen Callao bien helada. A pesar de que llovía intermitentemente, no hace frío y la sed en nuestros guargüeros era desmesurada. Más tarde procedimos a dar el puntapié inicial a la guinda de la torta: compramos nuestras entradas a la monumental Macchu Picchu. Finalizamos el día, no sin antes recorrer el pueblo, yendo a nuestro hogar a prepararnos un rico café (en la cafetera regalada por Berni). Había que dormir pronto, pues debíamos levantarnos a las 4.30 para estar pasadas las 5 comprando el pasaje para el bus que nos subiría a la cuidadela. Vano intento, ya que al rato de dormirnos nos despertó un tremendo diluvio, SÍ señores, estábamos listos para subir rumbo al sueño de la vida y se larga tremendo temporal. En fin, era ahora o ahora.

Bastante somnolientos llegamos a la fila para el bus ... eran las 5 de la madrugada y la Eli se colocó en la fila mientras yo hacía lo mismo para comprar el ticket para subir al bus. Luego de unos interminables minutos y de tomar un cafe muy apurados, estábamos por fin en el bus y ascendiendo a Macchu Picchu, por cierto, con una fuerte lluvia. Lo sabíamos: quedaríamos como sopa, pero felices. Al llegar a la entrada cientos de rostros mojados, con sus capas plásticas, hablando muchos idiomas diferentes, algunos rostros conocidos de días anteriores, saludos, espera, un cigarro, lluvia, más lluvia ... pero la fila avanza y estamos ansiosos. De pronto, la fila avanza y ya estamos entregando nuestro boleto. Ya estamos, abramos bien los ojos Rucia, que no se nos olvide nada ... Ahora una escala en zigzag que no acaba nunca y casi acaba con el corazón de mi Rucia. Vamos que se puede ... unos peldaños más, respirando apenas, pero llegamos. Dame la mano Rucia y cierra los ojos -dije. Ya, me respondió cerrando los ojos entregada (como siempre conmigo). Ya ahora, le dije y no hubo palabra alguna de ella, sólo sus ojos inmensamente abiertos y una expresión indescriptible de asombro, felicidad, sorpresa, admiración ... de todo eso junto y mucho más. Justo la lluvia amainaba un poco y la ciudadela se presentaba hermosa frente a nosotros.

Pero repentinamente una niebla cubrió las ruinas ... Noooooooooooooooo .... Nuestra visión se reducía a sólo unos metros. Le preguntamos a unos guías si valdría la pena subir el Wayna Picchu y nos respondió que no se vería nada. ¿Qué hacemos? vaos al Puente Inca. Nos fuimos por un camino que bordea un acantilado maravilloso durante unos 20 minutos hasta llegar a esa construcción de piedra que conforma un puente que permite cruzar un abismo ... es todo mágico, la niebla nos acompaña y no sabemos si estamos vivos o muertos. No teníamos hambre y eso era un signo preocupante ...

Continuaremos...

miércoles, 26 de enero de 2011

Ollantaytambo






No hay dudas de que Ollantaytambo ha sido el lugar que más impacto ha causado en nosotros. Es un pequeño poblado ubicado en mitad del camino entre Cusco y Macchu Picchu. Su mobre se deriva de Ollanta (un valiente guerrero inca) y Tambo (lugar de descanso en lengua quechua). Lo impactante de Ollantita es que se trata del único pueblo inca original habitado actualmente, es decir, se trata de un pueblo donde se construyó aprovechando y respetando la arquitectura inca original. Sus estrechas calles con sus acueductos se mantienen intactos, las puertas trapezoidales dan una atmósfera única.

Con mi Elizabetha nos quedábamos pegados mirando sus piedras en las calles y en sus muros y nos repletaba una sensación única: el sólo imaginar que sobre esas mismas piedras pisaron los incas hace más de 500 años; poder pasear por allí y escuchar a sus habitantes, con sus atuendos tradicionales, con la dentadura verde de tanto masticar la hoja sagrada de la coca; mirar sus apus (cerros sagrados) y mirar en ellos las ruinas de un temlo a Inti y ver más allá el rostro de un inca dibujado en su ladera (que según dice la leyenda local, fue tallado por el mismísimo primer inca) ... Uf , son tantas emociones, tantas cosas que difícilmente podríamos traspasar a palabras.

Quizás con lo siguiente podrán comprobar la magia de esta tierra. Unos minutos después de instalarnos en el hostal Chaska Wasi (Casa de las estrellas), la Eli se transformó en la amiga íntima de la familia de gatos que allí habitan: Chaskas, Chasko y Piki. Un poco de alergia vino, pero Viracocha bajó y la sanó de todo vestigio ... Jejejeje...


UN abrazo a todos y estamos en contacto.
Se viene Aguas Calientes y la ciudadela de Macchu Picchu.

El Valle Sagrado en imágenes